sábado, 24 de agosto de 2019

Mi corazón se alegra en el Señor



MI CORAZÓN SE ALEGRA EN EL SEÑOR

Anda, come tu pan con alegría y bebe tu vino con alegre corazón, que Dios está ya contento con tus obras.

Si queremos explicar estas palabras en su sentido obvio e inmediato, diremos con razón que nos parece justa la exhortación del Eclesiastés, de que, llevando un género de vida sencillo y adhiriéndonos a las enseñanzas de una fe recta para con Dios, comamos nuestro pan con alegría y bebamos nuestro vino con alegre corazón, evitando toda maldad en nuestras palabras y toda sinuosidad en nuestra conducta, procurando, por el contrario, hacer objeto de nuestros pensamientos todo aquello que es recto, y procurando, en cuanto nos sea posible, socorrer a los necesitados con misericordia y liberalidad; es decir, entregándonos a aquellos afanes y obras en que Dios se complace.

Pero la interpretación mística nos eleva a consideraciones más altas y nos hace pensar en aquel pan celestial y místico, que baja del cielo y da la vida al mundo; y nos enseña asimismo a beber con alegre corazón el vino espiritual, aquel que manó del costado del que es la vid verdadera, en el tiempo de su pasión salvadora. Acerca de los cuales dice el Evangelio de nuestra salvación: Jesús tomó pan, dio gracias, y dijo a sus santos discípulos y apóstoles: «Tomad y comed, esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros para el perdón de los pecados.» Del mismo modo, tomó el cáliz, y dijo: «Bebed todos de él, éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados.» En efecto, los que comen de este pan y beben de este vino se llenan verdaderamente de alegría y de gozo y pueden exclamar: Has puesto alegría en nuestro corazón.

Además, la Sabiduría divina en persona, Cristo, nuestro salvador, se refiere también, creo yo, a este pan y este vino, cuando dice en el libro de los Proverbios: Venid a comer de mi pan y a beber el vino que he mezclado, indicando la participación sacramental del que es la Palabra. Los que son dignos de esta participación tienen en toda sazón sus ropas, es decir, las obras de la luz, blancas como la luz, tal como dice el Señor en el Evangelio: Alumbre vuestra luz a los hombres para que, viendo vuestras buenas obras, den gloria a vuestro Padre celestial. Y tampoco faltará nunca sobre su cabeza el ungüento rebosante, es decir, el Espíritu de la verdad, que los protegerá y los preservará de todo pecado.


Del Comentario de san Gregorio de Agrigento, obispo, sobre el Eclesiastés
(Libro 8, 6: PG 98, 1071-1074)

1 comentario:

  1. Las dos cuestiones mas importantes que instaura Jesus en la Santa Cena fue la Eucaristia y el lavado de los pies a los apostoles.



    En San Juan 13-14, Pues si yo , el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros tambien debéis lavaros los pies unos a otros. Esta accion ya viene precedida en San Mateo 23-11: el mayor entre vosotros sera vuestro servidor .Esta acción es la mas humilde que Jesus realiza en toda su vida, este acto de amor de Dios que tiene con los hombres es de tal envergadura, que es un misterio, hay que estar vinculado a la santa obediencia de la jerarquia de la Iglesia Catolica para lavarnos los pies los unos a los otros.





    En muchas ocasiones, en el mundo, la autoridad es al contrario de lo que predica Jesus, muchos gobernantes se lucran por esa posición superior en la sociedad.



    En referencia a la instauracion de la Eucaristia, el tiempo no existe para Dios, el es, el esta, yo soy el que soy, por lo tanto cuando comulgamos estamos en el mismo plano, presente, en la santa cena. Jesus dice: San Lucas 22-19-20 Tomo luego el pan, y, dédas las gracias, lo partió y se lo dio diciendo: este es mi cuerpo que es entregado por vosotros; hagan esto en memoria mia. De igual modo después de cenar, la copa, diciendo: Esta copa es la Nueva Alianza de mi sangre que es derramada por vosotros.



    Y me pregunto ¿es que nosotros no cremos que Dios creo el universo? y repito, como el tiempo no existe para El porque ya estaba antes, y estará cuando el cosmos desaparezca, ya que,sin duda alguna, es el increado, la Sagrada Eucaristia, en la transubstanciación de la hostia divina, nos introduce en Jesucristo (por la ausencia del tiempo) en presencia, en su santa cena.

    https://experienciasdelsagrario.blogspot.com

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