Hambre de Ti
Rafael Ángel Marañón
Hambre tengo de ti Virgen bendita
Que no apartas de mí tus dulces ojos,
No pones a mis cuitas los cerrojos
Que cierren mi ilusión que por ti grita.
Y gozo mi pasión, cual sibarita
Que sabe que el manjar de sus antojos,
Es deleite a su boca, lengua y ojos
Y goza de su vianda favorita.
Eres virgen, señora y madre mía,
Refrescas con tu amor mi árida frente
Y eres sosiego de mi terca mente.
Quiero seguir tus pasos ¡oh! María
Pues siendo de mi ánimo la fuente
Me sumo, de tu arroyo, a la corriente.
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