El sexto gozo: Pentecostés
Fray Iñigo de Mendoza
El sesto gozo te luego
que contemples, virgen madre:
en son de lenguas de fuego
enbíó tu hijo luego
el amor suyo y del padre
a doblar de syete clones
aquella sancta compaña,'
por dar a sus corazones
contra las persecusiones
füerca y maña.
Desta gracia repartida
que el amor ele Djos reparte,
¡O virgen no corrompida!,
es verdad muy conocida
que a ti dio la mayor parte;
por que son en tantos grados
sus gracias en sculpidas,
que en ti todos los estados
pueden fallar los' dechados
de sus vidas.
Gózate, madre de Dios
con tan alta dignidad,
que tu, biviendo entre nos
de tres personas, las dos '
te cnbió la trinidad:
la una, dentro, encarnada
en el tu vientre bendíro
la otra, fuera mostrada '
y de dentro dcbuxada
en tu espíritu.
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