Esclava y Reina
Hna. Teresa del Carmen Rodríguez Perez
Para ser la reina del cielo
tuviste primero que ser esclava,
servidora en esta tierra,
Madre del hijo de la alianza.
“El que quiera ser el primero que se haga el último”
dijo Jesús en su Palabra
y en todo fuiste siempre la última
menos en el amor, la fe y la esperanza.
Hoy recibes la corona merecida
de tanta entrega, amor y constancia.
En el cielo te ensalzan como Reina
pero esta tierra mal agradecida
te miró con simpleza e ignorancia
cuando tu vientre se abrió a la Vida,
y tus días pasaron como una ofrenda
oculta, sencilla y en esperanza
y del Hijo de tus entrañas decían:
“Este sólo es el Hijo de María”
Hoy mi corazón vuelve a entregarse
como tu sierva indigna y tu esclava;
sé que Jesús dijo en su evangelio:
“Ya no los llamo siervos si no amigos”
Y es maravillosa esta Palabra;
más debo entregarme a Ti como sierva
pues hay cosas Señora en esta vida
a las que hay que inclinar la cabeza
y obedecer en silencio y con lágrimas.
Olvidándome de mí misma y de mis gustos
quiero someterme a Ti y obedecerte
por ese mismo amor Madre que me tienes
Deseo seguir tus pasos Bella Dama
Buena Señora, Celestial Madre, Humilde Esclava
y ensayándome en tu escuela y bajo tu mirada
sólo aspiro la corona pequeñísima:
ser una chispa de la punta de una estrella
de las doce que engalanan tu cabeza
y tu dulce rostro que enamora mi alma.
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