A mi Madre la Santísima Virgen María
Juan Francisco Garrido
Quise apartarme de Ti,
Tú paciente te acercabas;
cuanto más yo me alejaba
más cerca estabas de mí.
Cuántos momentos pasé
prisionero de la duda;
hasta que al fin tropecé
y necesite tu ayuda.
Caído en el sucio suelo
a mi madre yo llamaba;
al instante allí Tú estabas
brindándome tu consuelo.
Tus manos me ofreciste
como al mejor hijo;
por el amor que me diste,
confiando en Ti te digo:
Mira como soy, María,
quiero ser de otra manera,
quiero cambiar de vida
¡¡hazme como Tú quieras!!
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