“Velad pues no conocéis el día”
Una vez saciados de la Eucaristía, damos gracias así: “Nosotros te damos gracias, Padre santo, por tu santo nombre que has hecho habitar en nuestros corazones, y por el conocimiento, la fe, la inmortalidad que tú nos has revelado por Jesús, tu servidor.¡Gloria a ti por los siglos. Amén!...Ante todo, nosotros te damos gracias, porque eres poderoso:¡Gloria a ti por los siglos. Amén! Acuérdate de tu Iglesia, Señor, para librarla de todo mal y hacerla perfecta en tu amor. Reúne desde los cuatro vientos esta Iglesia santificada, en el Reino que tu le has preparado. Pues ¡a ti sea la fuerza y la gloria por los siglos. Amén! ¡Qué la gracia llegue y este mundo pase. Amén! Si alguno es santo, que se acerque; si no lo es, que haga penitencia. ¡Marana tha! Amén.
Si, velad, sobre vuestra vida; no dejéis apagar vuestra lámpara ni se desate de vuestros riñones vuestro cinturón. Estad preparados. Pues ignoráis la hora cuando nuestro Señor vendrá. Reunios frecuentemente para buscar juntos lo que conviene a vuestras almas. Pues todo el tiempo de vuestra fe no servirá de nada, si, el último momento, no habéis sido perfectos.
La Didajé (c. 60-120), catequesis judeo-cristiana
Párrafos 10 y 16 La Didajé (c. 60-120), catequesis judeo-cristiana
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