sábado, 18 de enero de 2014

Dejadme a María...


Dejadme a María...

Padre Tomás Rodríguez Carbajo

. Cuando en 1.605 fue elegido Papa el Cardenal de Médicis, que tomaría el nombre de León Xl, y mientras le revestían con los hábitos papales, le quisieron quitar un gran escapulario del Carmen, que llevaba entre la ropa, el Papa les dijo a quienes le ayudaban a revestirse: Dejadme a María, para que Ella no me deje.

. El 16 de Julio del año 1251 se apareció la Santísima Virgen a S. Simón Stock, General de la Orden de los Carmelitas, y prometió gracias y bendiciones especiales para aquellos que llevaran el escapulario.

. Durante siglos los cristianos se han acogido a esa protección de Nuestra Señora y la Iglesia la ha aprobado repetidamente con numerosos privilegios espirituales. En una alocución de Pío Xll (6-Vlll-1.950) se nos dice que esta devoción ha hecho correr sobre el mundo un río caudaloso de gracias espirituales y temporales

. El escapulario es signo de devoción a la Virgen y al mismo tiempo de su protección en la hora de la muerte, como nos lo dice el Cardenal Gomá en su libro sobre María Santísima:El pueblo cristiano ha venerado a la Virgen del Carmen particularmente por medio del escapulario como a la Madre de Dios y nuestra, que se nos presenta con estas credenciales: En la vida protejo, en la muerte ayudo y, después de la muerte, salvo

. El escapulario alcanza su significado auténtico, como dice Pío Xll, cuando: Quien lo viste se asocia por medio de él, de forma más o menos estrecha a la Orden Carmelitana Por eso tiene que entirse comprometido a una especial dedicación de la Virgen a su culto, a su imitación propios de la vocación carmelitana de la que les hace partícipe en la iglesia el escapulario. Nos dirá el mismo Papa el 11 de Febrero de 1.950:

Es preciso que el escapulario se convierta 
en memorial de la Virgen, 
espejo de humildad y castidad,
breviario de modestia y sencillez, 
elocuente expresión simbólica
de la plegaria de invocación y ayuda divina

. Así lo entendieron quienes llevaron el escapulario como un compromiso de especial entrega a la Virgen y con la seguridad de su especial protección maternal durante la vida y en la hora de la muerte. Esto nos lo recuerda la Constitución L.G. n 62 del Vaticano ll: María con su amor materno, se cuida de los hermanos de su Hijo que todavía peregrinan y se hallan en peligros y en ansiedad hasta que sean conducidos a la patria bienaventurada...

. Es una de las devociones marianas más extendidas entre los fieles cristianos, de ahí la coplilla que dice:
Es la Virgen del Carmelo
la que más altares tiene:
su sagrado escapulario
no hay pecho que no lo lleve

. En su visita del año 1.982 a Santiago de Compostela, Juan Pablo ll deseaba a todos: Que la Virgen del Carmen ... os acompañe siempre. Sea Ella la estrella que os guíe. La que nunca desaparezca de vuestro horizonte, la que os conduzca a Dios, a Puerto seguro.

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