La Virgen María invocada como
La Inmaculada Concepción
Fiesta: 8 de diciembre
Aunque el dogma de la Inmaculada Concepción se proclamó solemnemente por medio de la encíclica «Ineffabilis Deus», de SS Pío IX, del 8 de diciembre de 1854, la inmaculada concepción de la Virgen era creencia común de la Iglesia desde tiempos inmemoriales. Precisamente ése fue el fundamento más importante para que la Iglesia decidiera proclamar como dogma esta prerrogativa de la Virgen, aunque no estuviera explícitamente dicha en la Biblia.
Que la concepción de la Virgen fue inmaculada significa que ella misma fue preservada, desde el primer instante de su existencia, del pecado original; pero no por mérito propio, sino por el futuro mérito de su Hijo en la cruz. Se realizó en ella, a manera de anticipo, lo que sería el gran don de Dios a los que se bautizan en su Hijo: librarlos del pecado original. La Virgen, aunque creatura como todos nosotros, llega antes que todos a la redención, en su concepción inmaculada, y a la resurrección de los cuerpos, en su gloriosa asunción en cuerpo y alma. Es así creatura, y a la vez modelo para las demás creaturas, que nos muestra a todos cómo Dios quiere que sea cada ser humano creado por él, y lo que es todavía más importante: nos muestra que Dios mismo realiza en sus creaturas su designio, y lo realiza efectivamente. Invocando a la Virgen en su concepción inmaculada, invocamos la plenitud de la obra de su Hijo, ya realizada por completo en ella, y realizada, pero en esperanza, en cada uno de nosotros.
La fiesta de la Inmaculada es el 8 de diciembre, fecha litúrgica de mucha antigüedad, de aproximadamente el siglo XI, que se remonta a su vez a una solemnidad litúrgica en homenaje a la Virgen, que se celebraba en Oriente ya en el siglo VII el 9 de noviembre, aunque esa fiesta más antigua no se refería a la concepción de la Virgen, sino a la concepción de Jesús en ella (lo que luego pasó a ser la fiesta d ela Anunciación). Como solemnnidad de la Inmaculada Concepción de María fue establecida para toda la Iglesia en 1661 por el papa Alejandro VII, y en 1708 fue declarada fiesta de precepto.
El papa Clemente XIII, mediante la bula «Quantum Ornamenti», del 25 de diciembre de 1760, declaró a la Inmaculada patrona de España. De entre los pueblso americanos, Panamá tiene a la Inmaculada Concepción como patrona, y celebra su fiesta, como es lógico, el 8 de diciembre. También otras vírgenes patronas americanas son la Inmaculada Concepción, aunque no llevan el nombre, como por ejemplo Nuestra Señora de la Concepción del Viejo, patrona de Nicaragua. También es una Inmaculada la Virgen de Guadalupe de México, Nuestra Señora de Luján, de Argentina, y otras advocaciones.
En general (aunque no es preceptivo), la Inmaculada Concepción se representa como una mujer joven, vestida de azul-celeste y blanco, con una corona de estrellas en su cabeza, y/o los rayos solares, una medialuna a sus pies, y un dragón o serpiente -representando al demonio-, aplastado, en alusión a Genesis 3,15 y Apocalipsis 12,1; también, en muchos casos, se encuentra rodeada de ángeles-niños.
En algunos países se celebra ese mismo día 8 de diciembre el día de las madres.
La imagen de este artículo es la Inmaculada de Murillo de 1667-70, en el Museo del Prado, Madrid. Este pintor español pintó repetidamente la Inmaculada, y sus figuras se cuentan entre las más exquisitas representaciones del tema.
Para información sobre la historia de la solemnidad litúrgica, puede verse Butler, «Vidas de los santos», tomo IV, pág. 514ss., algunos extractos de la Ineffabilis Deus pueden leerse en la nota sobre la solemnidad de la Inmaculada en el santoral de ETF. El Dossier de la Conferencia Episcopal Española dedicado a la Inmaculada con ocasión del 150 aniversario de la proclamación del dogma (año 2004), contiene información adicional sobre la historia de la solemnidad, y otros materiales, como poesías, oraciones y textos devocionales, que pueden ser de interés.
Fuente el Testigo Fiel
http://www.eltestigofiel.org/capillas/oratoriov.php?idu=33
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