Joya del Dios creador
Madre virgen y doliente, joya del Dios Creador
Reservada a la obediencia y a tu destino sombrío;
Aceptaste con agrado, ser madre del redentor
Dime si en mi desamparo y en aqueste pesar mío
Me darás de tu consuelo y calmarás mi dolor.
Mi alma se torna triste, mi corazón sin calor,
Mi mente sin esperanza, mis lágrimas como río,
Mis quejas solas al viento, mi esperanza sin clamor,
En mi ánimo la duda, en mi cuerpo enfermo y frío
Pleno de pesar y males, los despojos del amor.
De todo participaste, acoso, insidia y rencor;
Tu cuerpo núbil llevó, a Jesús con señorío;
Por todas partes su nombre proclamaste sin rubor.
Nos enseñaste denuedo a la vez manso y bravío
Y fuiste para Su vida, tesoro, paz, y candor;
Su inmolación, tu tormento, y también su cruz… tu honor.
Rafael Ángel Marañón
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