Palmera
P. Antonio Márquez Fernández, S.D.B.
De siempre el mirto prefirió Afrodita,
el olmo blanco a Hércules encanta,
con la vid el contento se levanta
de Dioniso y la encina a Jove excita.
A Cibeles el pino enhiesto incita,
a la sombra del lauro Apolo canta
y el olivo feraz cabe su planta
Palas se iza y su afecto solicita.
A María le place la palmera,
obelisco de vida en el desierto
y ansia delgada, afán de Dios festivo.
Do emerja la palmera, grito: ¡Fuera
la vid, el mirto y olmo nada tuerto,
la encina, el pino, el lauro y almo olivo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario