Habla Nuestra Señora
Juan Antonio de la Iglesia
Mi alma entera al Señor glorifica
y mi espíritu va de Él en pos,
que a su esclava servil dignifica,
convirtiéndola en Madre de Dios.
El Señor hizo en mí grandes cosas.
Sobre mí derramó su poder.
Que abate las frentes orgullosas
y alhumilde quiere engrandecer.
En mí se ha cumplido la promesa
que hizo el Padre a su siervo Abrahán.
Yo di al mundo el Hijo, por quien cesa
la pena del pecado de Adán.
Por esa razón, siempre por esa,
Bienaventurada me dirán.
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