Habla la primavera
Nieva y Calvo
No he visto yo, cuando se afeita Flora,
azucena con tanta lozanía,
ni entre los brazos de la blanca aurora,
tan bello al hijo de quien nace el dia:
ni tal hechizo vi, pues enamora
la voluntad más retirada y fría,
ni en el sol, por quien tantas galas visto,
tan dulces ojos y mirar no he visto.
No he visto al alba con tan bella risa
ni con boca de perlas tan hermosa,
ni al céfiro tan blando, cuando pisa
entre las auras el clavel y rosa:
no he visto en la tiniebla más remisa,
con luz al firmamento más lustrosa,
ni he visto, aunque más quisiera encarecerle,
rubí de tal valor, ni puede haberle.
No es tan clara la luna cuando sube
buscando al sol, por quien su luz enriza,
ni agrada tanto la cambiante nube
que de pinceles varios se matiza:
ni he visto yo, con cuantas vidas ruve,
fuente que más regalos fertiliza,
ni que quien con mano y tiro más suave
de saetas de amor almas enclave.
¿Qué tersa plata y qué marfil precioso
de ver su cuello y frente no se espanta?
¿Qué planta y qué angelín árbol hermoso
no es con ella una inútil débil planta?
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