Cúbreme (Soneto)
Camilo Valverde Mudarra
Madre, tú eres mi savia y mi rocío,
el hálito que me hace resistir;
Si me dejas, no quiero ya existir,
sin ti, el mundo será mi desvarío.
Eres timón y quilla en mi navío,
dársena cierta donde persistir;
por ti, jamás habré de desistir
del rumbo que me diste tú con brío.
Tus ojos son mi luz y mi firmeza,
tus brazos, mi sostén y mi cimiento
y tu rostro, mi faro de certeza.
Cúbreme con tu mano de entereza,
insúflame las velas con tu aliento
y apriétame en tu pecho de pureza.
Yo tengo la tristeza
de haberla despedido algo temprano;
siento un desgarro estoico ya lejano.
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