lunes, 17 de mayo de 2021

Unción de los enfermos.

 


Unción de los enfermos.

Una de las principales manifestaciones del ministerio de Jesús fue la curación de enfermedades y expulsión de los demonios y esta es tarea también de todo cristiano, que tiene el sacerdocio común y participa del mismo sacerdocio y ministerio de Jesús. “El que cree en mí impondrá las manos sobre los enfermos y éstos quedarán sanos” (Mc 16,18) “Ellos predicaban la conversión, expulsaban muchos demonios y ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban” (Mc 6,12-13). “Sanad a los enfermos” (Mt

10,8), decía Jesús, y la Iglesia ha recibido del Señor esta tarea y desde del principio tuvo un rito propio para orar por los enfermos con el sacramento de la unción de los enfermos.

Este sacramento se administra a los gravemente enfermos. No es sólo para aquéllos que están a punto de morir. “Por esto, se considera tiempo oportuno para recibirlo, cuando el fiel empieza a estar en peligro de muerte por enfermedad o vejez” (Cat 1514). “Si el enfermo que recibió la unción recupera la salud, puede, en caso de nueva enfermedad grave, recibir de nuevo este sacramento. En el curso de la misma enfermedad, el sacramento puede ser reiterado, si la enfermedad se agrava. Es apropiado recibir la unción de los enfermos antes de una operación importante. Y esto mismo puede aplicarse a las personas de edad avanzada, cuyas fuerzas se debilitan " (Cat 1515). En caso de accidente, cuando se duda si la persona está muerta, se puede aplicar bajo condición.

Sin embargo, todo cristiano puede y debe orar por los enfermos para pedir a Dios su curación. También es bueno pedir la bendición sacerdotal sobre las medicinas. “El

Señor puso en la tierra las medicinas, con ellas cura y quita el sufrimiento. Hijo mío, en tu enfermedad no seas negligente, sino ruega al Señor, que El te curará. Huye del pecado, endereza tus manos y purifica tu corazón de toda culpa. Da ofrendas según tus medios. Y llama al médico, pues el Señor lo creó también a él, que no se aparte de tu lado, pues te es necesario. Hay momentos en que logra acertar, porque también él oró al Señor para que le dirigiera a procurarte el alivio y la salud para prolongar tu vida” (Eclo 38, 4-14). Jesús “tomó sobre sí nuestras flaquezas y enfermedades” (Mt 8,17). Por eso, “¿Está enfermo alguno de vosotros? Llame a los sacerdotes de la Iglesia, que oren sobre él y lo unjan con óleo en el Nombre del Señor y la oración de la fe salvará al enfermo y el Señor lo curará y se ha cometido pecado lo perdonará” (Sant 5,14-15).

“Con la sagrada unción de los enfermos y con la oración de los presbíteros, toda la Iglesia entera encomienda a los enfermos al Señor su ente y glorificado para que los alivie y los salve” (Cat 1499). 


Padre Ángel Peña Benito. O.A.R.

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