Elabore sus tranquilizadores mentales
Autor: Mons. Rómulo Emiliani, c.m.f.
Elabore sus propios tranquilizadores mentales, no a base de pastillas, sino con todo el potencial de su mente. He aquí algunos consejos:
1. - DILATE LA RESPUESTA AL MAXIMO: ¿Sabe usted que la ira, la cólera o el miedo producen reacciones químicas y fisiológicas en el organismo? Si logramos detener el proceso a nivel mental y paralizamos la reacción negativa, primero ignorando el hecho momentáneamente y en segundo lugar retardando la respuesta para poder llevarla a nivel racional, el miedo y la ira desaparecerán, porque estas emociones necesitan de las reacciones físicas para crecer y desarrollarse.
Para calmarse interiormente ante la ofensa de aquella persona, dígase lo siguiente: "Hoy no voy a gritarle, lo haré mañana". Se trata de dominar una reacción a la que usted se habituó hace muchos años. La dilación de la respuesta interrumpe e interfiere el funcionamiento automático de la actitud condicionada.
2. - APRENDA A RELAJARSE: Nuestro organismo en el ámbito físico, mental, espiritual y material está muy unido. Es cuestión de que conquiste su mente y la prepare para los acontecimientos negativos. Debe tomar conciencia que estas emociones perturbadoras, son producidas por nuestras propias reacciones y no por los estímulos externos. La prueba es que ante un mismo hecho, una persona siente miedo y otra no; una se enfada y la otra no. La reacción implica tensión de todo el ser. La carencia de tensión implica reposo. Si usted acostumbra a relajarse sobre todo cuando vienen los problemas, su organismo se condiciona positivamente con una especie de hábito de tranquilidad y su mente permitirá una reacción positiva. Winston Churchill en plena guerra mundial, acostumbraba en las tardes irse al campo a pintar. Su lucidez y la calma que el tenía le permitió dirigir con sabiduría al pueblo inglés en esa dura lucha. Este dirigente mundial aprendió a relajarse. La relajación es fundamental para que usted se acostumbre a conquistar sus emociones. El descanso físico contribuye a la relación. Tenga también un entretenimiento sano que le ayude. Usted necesita su propia terapia emocional práctica.
3. - CONSTRUYA EN SU MENTE UN OASIS DE PAZ: Marco Aurelio, un gran pensador romano de hace muchos siglos, en sus famosas meditaciones decía: "Los hombres buscan diversos lugares donde poder retirarse: playas, montañas, casas de campo, mas está en tu poder que puedas retirarte dentro de ti mismo. No hay nada que nos calme y libere mejor de nuestras inquietudes, que cuando el hombre se retira dentro de su propia alma". Y yo afirmo que la tranquilidad no es otra cosa que el buen ordenamiento de la mente. Busque su retiro constante en usted mismo. Así se sentirá renovado.
Todos necesitamos un compartimento tranquilo dentro de nuestra propia mente, igual a las profundidades del mar que nunca son perturbadas por el oleaje. Este calmado espacio mental que nos construimos con la propia imaginación, opera como una cámara de liberación de las presiones mentales y emotiva. Le permite regresar calmado a su trabajo cotidiano.
Toda persona posee ese centro calmado dentro de sí mismo. Es como un santuario interior, amplio, íntimo. Sólo en espera de que le pongamos atención y entremos a reposar en él. Como no se puede ver usted debe usar su imaginación. Lo importante es que allí está. Muchos místicos de nuestra Iglesia Católica y religiones muy antiguas, han hablado de este centro vital que está en lo más profundo del ser. Aprenda a retornar de vez en cuando a esa sala de reposo, a ese oasis de paz, a ese centro lleno de calma balsámica.
Imagínese una montaña verde bañada por el sol, los pajaritos revoloteando, las flores hermosas, el silencio y la quietud dominando el ambiente y ahí está usted gozando del paisaje, respirando aire fresco y dejándose bañar por el sol maravilloso. Está localizando ese centro profundo de tranquilidad en su alma y comienza a sentirse mejor. Está realizando un encuentro con el Señor. ¡Qué hermoso! San Agustín decía, que en lo más profundo de nuestro ser, está Dios presente, origen de nuestro ser.
En el momento que comience a sentir tensión, que esté con prisa o con ansiedad, retírese por unos minutos a esa habitación interna. Por pocos que sean esos minutos que emplee, en un día muy agitado, éstos le recompensarán con creces. Es tiempo invertido en su propio beneficio.
Utilice positivamente su imaginación y localice ese centro llamado oasis de paz. Quédese un rato ahí dentro. Todos los hombres santos lo han experimentado y se han encontrado con Dios. Y no se olvide si Dios está con usted, por eso, USTED ES INVENCIBLE
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