¿Era necesario?
Rafael Ángel Marañón
¿Eran estos suplicios necesarios?
¿Era esta injusta muerte tan precisa?
¿Que crezca mi dolor, muera mi risa
Por causa de tan necios perdularios?
Así pensara en su dolor María
Transida de dolor, pero aceptaba
El designio de Dios que ella ignoraba
Meditando el misterio noche y día.
¡Que dura es la aflicción del que no entiende!
Y acerba para la que en fe y templanza
Percibe que una espada cruel la hiende.
Soporta humilde su misión doliente
Y espera contra su desesperanza
Llorando silenciosa y obediente.
Sublime y eminente
María a su Señor entrega todo
Y reina ya en el Cielo de este modo!
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