Día litúrgico: Viernes XXVIII del tiempo ordinario
Texto del Evangelio (Lc 12,1-7):
En aquel tiempo, habiéndose reunido miles y miles de personas, hasta pisarse unos a otros, Jesús se puso a decir primeramente a sus discípulos: «Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. Nada hay encubierto que no haya de ser descubierto ni oculto que no haya de saberse. Porque cuanto dijisteis en la oscuridad, será oído a la luz, y lo que hablasteis al oído en las habitaciones privadas, será proclamado desde los terrados. Os digo a vosotros, amigos míos: no temáis a los que matan el cuerpo, y después de esto no pueden hacer más. Os mostraré a quién debéis temer: temed a aquel que, después de matar, tiene poder para arrojar a la gehenna; sí, os repito: temed a ése. ¿No se venden cinco pajarillos por dos ases? Pues bien, ni uno de ellos está olvidado ante Dios. Hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis; valéis más que muchos pajarillos».
«No temáis; valéis más que muchos pajarillos»
Fr. Salomon BADATANA
(Wau, Sudán del Sur)
Hoy contemplamos a Nuestro Señor Jesucristo dirigiéndose a las gentes después de haberse confrontado con las autoridades religiosas judías, es decir, los fariseos y los escribas. El Evangelio nos cuenta que el gentío era tan grande que se pisaban unos a otros. Ahí queda claro que estaban hambrientos de la Palabra de Jesús, el cual hablaba con tan extraordinaria autoridad a sus líderes religiosos.
Pero san Lucas nos informa que antes de nada, Jesús empezó hablando a sus discípulos diciendo: «Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía» (Lc 12,1). Nuestro Señor desea conducirnos a la práctica de la sinceridad y transparencia, superando la hipocresía con que se manejaban los fariseos y escribas. Puesto que ellos mostraban una actitud externa no conforme con su camino interior de vida: ellos pretendían ser lo que no eran.
Es contra esto sobre lo que Jesucristo nos quiere prevenir en el Evangelio de hoy cuando dice: «Nada hay encubierto que no haya de ser descubierto ni oculto que no haya de saberse» (Lc 12,2). Sí, todo va a ser revelado. Por este motivo nosotros debemos luchar por ajustar nuestra vida según lo que profesamos y proclamamos. Obviamente, esto no es fácil. Pero no debemos temer, pues nuestro Dios está atento. Tal como dijo san Juan Pablo II, «el amor de Dios no impone cargas que nosotros no podamos llevar (…). Porque para todo lo que Él nos pida, Él nos proveerá de la ayuda necesaria». Nada ocurre sin que Él lo conozca. ¡Incluso nuestros cabellos están contados! Sí, nosotros tenemos un precio ante Dios. No tengamos miedo, pues su amor no tiene límites.
Señor, concédenos la sabiduría para llevar bien nuestra vida hacia las exigencias de nuestra fe, incluso en medio de las dificultades de este mundo. Amén.
«Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía»
P. Raimondo M. SORGIA Mannai OP
(San Domenico di Fiesole, Florencia, Italia)
Hoy, el Señor nos invita a reflexionar sobre un tipo de mala levadura que no fermenta el pan, sino solamente lo engrandece en apariencia, dejándolo crudo e incapaz de nutrir: «Guardaos de la levadura de los fariseos» (Lc 12,1). Se llama hipocresía y es solamente apariencia de bien, máscara hecha con trapos multicolores y llamativos, pero que esconden vicios y deformidades morales, infecciones del espíritu y microbios que ensucian el pensamiento y, en consecuencia, la propia existencia.
Por eso, Jesús advierte de tener cuidado con esos usurpadores que, al predicar con los malos ejemplos y con el brillo de palabras mentirosas, intentan sembrar alrededor la infección. Recuerdo que un periodista —brillante por su estilo y profesor de filosofía— quiso afrontar el tema de la postura de la Iglesia católica frente a la cuestión del pretendido “matrimonio” entre homosexuales. Y con paso alegre y una sarta de sofismas grandes como elefantes, intentó contradecir las sanas razones que el Magisterio expuso en uno de sus recientes documentos. He aquí un fariseo de nuestros días que, después de haberse declarado bautizado y creyente, se aleja con desenvoltura del pensamiento de la Iglesia y del espíritu del Cristo, pretendiendo pasar por maestro, acompañante y guía de los fieles.
Pasando a otro tema, el Maestro recomienda distinguir entre temor y temor: «No temáis a los que matan el cuerpo, y después de esto no pueden hacer más» (Lc 12,4), que serían los perseguidores de la idea cristiana, que matan a decenas a los fieles en tiempo de “caza al hombre” o de vez en cuando a testigos singulares de Jesucristo.
Miedo absolutamente diverso y motivado es el de poder perder el cuerpo y el alma, y esto está en las manos del Juez divino; no que el alma muera (sería una suerte para el pecador), sino que guste una amargura que se la puede llamar “mortal” en el sentido de absoluta e interminable. «Si eliges vivir bien aquí, no serás enviado a las penas eternas. Dado que aquí no puedes elegir el no morir, mientras vives elige el no morir eternamente» (San Agustín).
EL DIA DE HOY NUESTRO EVANGELIO NOS VUELVE A RECORDAR:«Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía» (Lc 12,1). QUE DEJEMOS DE LADO LA HIPOCRESÍA,MUCHAS VECES NO SOMOS CAPACES DE DECIR LO QUE SENTIMOS O PENSAMOS POR TEMOR AL QUE DIRÁN,Y ACTUAMOS HIPOCRITAMENTE LE SONREÍMOS A LA GENTE QUE NOS RODEA,POR QUE NO SOMOS CAPACES DE DECIR NUESTRAS DIFICULTADES,CREANDO UN MUNDO LLENO DE APARIENCIAS,PUES SEAMOS CAPACES DE DECIR LO QUE PENSAMOS Y LO QUE SENTIMOS A AQUELLAS PERSONAS QUE NOS INCOMODAN,O NO NOS AGRADAN HACIÉNDOLE VER SUS FALLAS O ERRORES.POR QUE NADIE ES PERFECTO ANTE LOS OJOS DE DIOS Y TODO LO QUE HAGAMOS O DIGAMOS SALDRÁ A LA LUZ,SI SOMOS CAPACES DE HACERNOS VER NUESTROS ERRORES,Y DE CORREGIR NUESTRAS MALAS ACTITUDES DICIENDO LAS COSAS COMO SON DEJAREMOS DE LADO LA HIPOCRESÍA Y NO GUARDEMOS EN NUESTROS CORAZONES RESENTIMIENTOS,NI HABLAREMOS MAL DE NADIE A NUESTRAS ESPALDAS POR QUE:«Nada hay encubierto que no haya de ser descubierto ni oculto que no haya de saberse» (Lc 12,2),EN ALGÚN MOMENTO TODO LO MALO O BUENO QUE DIGAMOS Y PENSEMOS SALDRÁ ALA LUZ,PERO JESÚS NOS DICE:^^ Os digo a vosotros, amigos míos: no temáis a los que matan el cuerpo, y después de esto no pueden hacer más.NO DEBEMOS TEMER A NADIE MAS QUE A NUESTRO SALVADOR POR QUE NADIE TIENE MAS PODER QUE EL PARA QUITARNOS LA VIDA TERRENAL Y DARNOS LA VIDA ESPIRITUAL,POR ELLO HAGAMOS ACTOS QUE NOS PERMITAN GANAR ESA VIDA QUE NOS LLEVARA AL CAMINO DE SALVACIÓN Y VIDA ETERNA,SOLO DEBEMOS TENER LA FE Y LA FORTALEZA BIEN PUESTA PARA YA NO REGRESAR A MIRAR ATRÁS.
ResponderEliminar¿No se venden cinco pajarillos por dos ases?NUESTRO PADRE CELESTIAL NOS REVELA QUE NOSOTROS SOMOS ÚNICOS,INIGUALABLES E IRREPETIBLES Y QUE VALEMOS MUCHO,NO DEBEMOS DEJARNOS ENGAÑAR NI DEJARNOS LLEVAR O SEDUCIR POR EL DINERO Y LA CODICIA POR QUE HOY EN DÍA ESOS FACTORES SON LOS QUE MUEVEN A LAS PERSONAS Y HACEMOS COSAS QUE NO LE AGRADAN A DIOS Y VENDEMOS NUESTRAS CONCIENCIAS,NUESTRO PUDOR Y NUESTRA MORAL,BASTA YA DE NO VALORARNOS Y ACEPTARNOS COMO VERDADEROS HIJOS DE DIOS,PUES NUESTRO PADRE DICE; Hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis; valéis más que muchos pajarillos». EL CONOCE TODO DE NOSOTROS,CONOCE NUESTRAS VIRTUDES,FORTALEZAS Y TAMBIÉN NUESTRAS DEBILIDADES POR LO TANTO NO MENDIGUEMOS AMOR,NO MENDIGUEMOS SOBRAS,HAGAMOS NUESTRA PROPIA VIDA DE SALVACIÓN CON CRISTO JESÚS,RECONOCIÉNDOLO COMO NUESTRO SALVADOR Y DUEÑO Y SEÑOR DE NUESTRA VIDA.Y EL NOS DARÁ LAS COSAS POR AÑADIDURA.SIN TENER QUE MENDIGAR A NADIE ACÁ EN LA TIERRA.