Duérmete mi niña, duerme,
Que los ángeles te cuidan,
Dios mismo en ti se extasía,
al verte recién nacida.
Tú no sabes a esta hora
la gracia que te remece,
pero tu Hacedor se admira
de verte de gracia llena.
Hoy sabemos que tu infancia
fue diseño providente,
sin que tú te dieras cuenta
creciste siendo capaz,
para recibir el don
de hacernos en ti presente
el Emmanuel compañero,
el Hijo de tus entrañas.
Los profetas te invocaron
virgen, esposa, y novia,
doncella de Nazaret,
rebosante de hermosura.
Fue la bondad en tu alma,
la gracia en tu corazón,
Duérmete mi niña, duerme,
Que los ángeles te cuidan,
Dios mismo en ti se extasía,
al verte recién nacida.
Tú no sabes a esta hora
la gracia que te remece,
pero tu Hacedor se admira
de verte de gracia llena.
Hoy sabemos que tu infancia
fue diseño providente,
sin que tú te dieras cuenta
creciste siendo capaz,
para recibir el don
de hacernos en ti presente
el Emmanuel compañero,
el Hijo de tus entrañas.
Los profetas te invocaron
virgen, esposa, y novia,
doncella de Nazaret,
rebosante de hermosura.
Fue la bondad en tu alma,
la gracia en tu corazón,
la sonrisa en tu rostro,
el brillo de tu mirada
el sello del Creador,
derroche de su belleza.
¡Da a nuestra naturaleza
su más alta vocación!
la sonrisa en tu rostro,
el brillo de tu mirada
el sello del Creador,
derroche de su belleza.
¡Da a nuestra naturaleza
su más alta vocación!
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