Novena Virgen del Carmen

sábado, 3 de octubre de 2020

Cómo Enfrentar las Crisis

 




Cómo Enfrentar las Crisis 

Autor: Mons. Rómulo Emiliani, c.m.f.

 Las crisis son provocadas por situaciones lamentables y dolorosas, como la muerte de un ser querido, una gran pérdida económica, un accidente u otra cosa semejante. Estas situaciones pueden causar un gran trauma, dolor y angustia en nuestra vida y conducirnos a la desesperación y desesperanza. 

Una crisis puede ser producida por alguna situación presente, en la que alguna persona intenta arruinar su vida, quitándole la paz. Pero, algunas veces las crisis no son producto de un problema presente, sino que son cosas del pasado. Por ejemplo, una persona puede recordar una situación pasada en la que falló y al recordar "entra en crisis" y aflora su complejo de culpabilidad. 

La mayoría de la gente no cree o espera que en su vida puedan ocurrir problemas. Esta es una actitud infantil y además peligrosa. Hay que estar preparado para las crisis y esperar los problemas como algo inevitable. Los problemas son parte de la vida y hay que esperarlos como se espera que salga el sol, que oscurezca o llueva. Pero también hay que estar preparado para enfrentarlos con valentía y decisión. 

Las crisis exigen realismo. Hay que darse cuenta de que no se puede volver al pasado para cambiar las cosas. Lo único que se puede hacer es aprender de las experiencias y utilizar estas vivencias para transformar su vida y ser mucho mejor de lo que era antes. El error que haya cometido le servirá de estímulo para superarse. 

Existen situaciones en que alguna persona, movida por las tinieblas, intenta arruinar su vida y quitarle la paz. Contrólese y repita, "Soy superior, fuerte e invencible." No permita que la desesperación, amargura, odio o pesimismo aniden en su corazón. 

Ante las crisis, lo más importante es afrontar lo ocurrido. Levante su cabeza y diga con valentía, "Yo soy superior a esto y no me podrá vencer, pues encontraré la manera de derrotarlo." 

La muerte de un ser querido se puede superar si pensamos en que esa persona tiene que estar más feliz en el cielo. Más importante que la situación económica es su paz e integridad, su armonía con su familia y su relación con Dios. Hay valores muchísimo más grandes que los valores materiales. Cuando comprendemos que esta vida es temporal y pasajera, que existe un más allá, un reino que el Señor nos ha preparado, todo lo demás se convierte en secundario y relativo. Dios nos da la suficiente fortaleza, entereza, lucidez e iluminación para continuar a pesar de todos los problemas. 

Para superar las crisis, pida al Señor serenidad e iluminación: serenidad para estar en paz y, así, con la mente más lúcida intentar resolver el problema; iluminación para que la ayuda divina del Espíritu del Señor le dé una visión más profunda de todo y le permita solucionar los problemas. 

Analice punto por punto todos los elementos del problema y no dude en consultar a personas entendidas que le puedan aconsejar sabiamente. Prepare una estrategia o plan de acción que le permita resolver los puntos claves del problema. Luego, ¡actúe! No se quede paralizado y haga lo que usted considera necesario y adecuado. 

Cuando sienta preocupación o angustia por una crisis, repita la frase, "Esto también pasará." Practique algún método de relajación, haga algún deporte o por lo menos camine y permita que la belleza de la naturaleza inunde sus sentidos y le relaje. No permita que la angustia le domine. 

Tenga muy mala memoria ante las ofensas que le han hecho y perdone. Es clave y fundamental perdonar siempre y olvidar lo ocurrido. Comprenda que aquel que hace daño lo hace porque está invadido por el mal y está enfermo emocional y espiritualmente. Pero, usted tiene todo el derecho a defenderse, utilizando medios decentes, honestos y adecuados para no seguir permitiendo atropellos. Lo que no debe permitir jamás es que algo o alguien dañe su corazón, causando que usted se hunda interiormente y que el odio enferme su alma. 

Después de que usted haya hecho todo lo que ha podido, confíe ciega y totalmente en el Señor y El se encargará de todo lo demás. Las cosas saldrán como tienen que salir. Sobre todo, acuda a la oración, pidiendo la bendición de Dios para las personas que le están haciendo daño. El Señor le dará la paz. 

Prepárese para cualquier crisis en la vida porque toda crisis tiene una solución. Dios le preparó desde la eternidad para solucionar sus crisis. La cuestión es nunca doblegarse ante nada. No olvide que con Dios puede vencer cualquier crisis, porque ¡CON EL, USTED ES . . . INVENCIBLE!

                    

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