Oh Celestial Donceña P. Antonio Márquez Fernández, S.D.B. Si mi lengua Te calla, sólo un día, y mi diestra no se alza hacia tu silla y mi pie no se llega hasta tu orilla y si mi corazón no es sinfonía de amor debida a Ti, Virgen María, que carcoma mi lengua la polilla, que mi diestra se trueque en vil arcilla, que mi pie se extravíe de su vía y que mi corazón como un muñeco se torne acartonado, enjuto y seco. Porque eres Tú en mi senda clara estrella y de vida divina limpia fuente y en mi entraña esperanza y luz fulgente, ¡oh inmaculada, oh celestial Doncella!
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