No quieras consolarme con razones, Que lloro y me consuelan mis dolores, Pues loco desprecié grandes amores Que María brindó sin condiciones. No quiero vivir siempre con sanciones, Ni quiero ser sujeto de rigores Vivir quiero sin lloros ni clamores Con María, sin dudas ni tensiones. Es grato reposar junto a María De afanes despojado y de inclemencia Pues ella da descanso al alma mía. María es primorosa sinfonía, Susurro de una insólita cadencia, Seráfica y gloriosa melodía.
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