Aunque tuviera las estrellas del firmamento, practicara el don de lenguas y conociese todos los misterios de la ciencia, si no tengo caridad soy címbalo que resuena, nada soy. Aunque conociera el Universo y su fundamento, poseyera el poder de las olas y supiese el arcano del Cosmos y su existencia si no amo a la Virgen María soy tormenta que truena, nada soy. Sólo el amor de María me hace persona buena y ser el hombre que soy. Sólo el amor de María me hace ser lo que debo, un hombre sin detrimento, un alma de valía un cristiano de consistencia con la Virgen voy, hijo de María soy.
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