Novena Virgen del Carmen

martes, 27 de agosto de 2019

La Hermosura de María


La Hermosura de María


Resulta curioso pensar que el Dios que conocemos
siempre se presenta como PADRE, en masculino y
como HIJO en masculino y como ESPIRITU
SANTO en masculino. Resulta muchas veces difícil
pensar en Dios como madre, aunque Dios sí se
manifieste con una ternura de madre en muchos
textos de la Sagrada Escritura.

Es precisamente aquí donde encaja
maravillosamente en los planes de Dios, nuestra
Madre Santísima María. en ninguna parte Dios es
más visible que en la Virgen Santísima. Pero
¿por qué? Porque María está revestida de Dios,
de la hermosura de Dios.

María es el Rostro Materno de Dios, es el resumen
más amable de todo la Realidad Divina. En María
yo encuentro a Dios cercano y accesible.
María es una revelación de Dios, quien temiendo
que nos llenáramos de espanto ante su
manifestación gloriosa, se nos apareció
en su Madre Santísima.

Ver a los ojos de María, es ver la ternura de Dios
como Padre; ver la hermosura de María es
comprender por qué atrajo a Dios Padre como
esposo, quien cautivado por su criatura quiso esa
hermosura para su Hijo; ver la pureza de María
corno virgen es recordar la pureza infinita del
Espíritu Santo quien fecundó a María sin dañar su
virginidad.

María es: así un resumen del DIOS UNO Y
TRINO, un resumen que es misterio que supera
nuestra pobre inteligencia, por ello hablamos
de una hermosura sobrenatural.

¡Cuanto me deleita Madre Santísima considerar la
Encarnación, momento en que destella aún más tu
hermosura! Cautivaste a Dios de tal forma que
en ti decidió renovar esa alianza que había
fracasado tantas veces en el Antiguo Testamento.
Si, porque la Encarnación fue UNIÓN, ALIANZA,
MATRIMONIO SAGRADO, en una sola Persona,
del HIJO DE DIOS con la naturaleza humana
tomada en el seno de María. Cuan grande es tu
Hermosura María, porque la Encarnación fue una
alianza y no una conquista, fue una unión pacifica
y no una toma por asalto.

La Majestad de Dios, en la persona del arcángel
Gabriel, se inclinó ante la humilde virgen y esperó
atento su respuesta. ¡Cuán grande es tu hermosura
María, que el mismo Dios no quiso una unión
impuesta sino libremente aceptada!

Más hermosa te veo María, porque el privilegio de
la Encarnación era mas complejo, pues incluía la
Redención, la Eucaristía, la Iglesia y todo el
misterio de la vida Divina y humana del Verbo
Encarnado, que venia a derramar su sangre para
lograr la unidad y la grandeza sobrenatural del
mundo. La ENCARNACION no representaba tan
sólo un honor, sino que traía consigo el sufrimiento,
la humillación y el dolor tanto para la Madre corno
para su Hijo.

Jesús en la Eucaristía nos da el cuerpo y la sangre
que recibió de su madre... Jesús vino a darnos esa
vida que primero recibió de María.

Si Dios decidió revelarse al hombre siendo éste de
dos sexos, es preciso que, siempre junto al varón:
CRISTO, exista una mujer: MARÍA. En Cristo
vemos las cualidades y las dotes de un varón,
mientras que en María vernos a la NUEVA EVA
que siempre está junto al NUEVO ADAN.

Así vernos en Cristo la fuerza del Profeta,
la inteligencia del Maestro, la Cabeza de la Iglesia,
el Rey y Juez de vivos y muertos, en María vemos
la dulzura de una virgen y una madre, la compasión
de la compañera fiel, la intuición de la madre que
es mujer, todo cuanto Dios puso en la mujer de una
manera espléndida e incomparable; ella no juzga y
no juzgara, porque ella compadece, hace lo
imposible por salvar, disculpa y arranca de Dios
el perdón para los hombres.

Por ello, CRISTO Y MARÍA son las dos caras de
un mismo Misterio: la revelación de Dios a través
de la naturaleza humana.

María es Hermosa, sí, porque siempre fue, desde
antes de la creación, el más hermoso pensamiento
de Dios...

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