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P. Antonio Márquez Fernández, S.D.B.
Hontanar de lumbreras sin poniente,
surtidor de limpieza y de frescura,
de oquedad nocturnal estrella pura,
inolvidable sol del dulce oriente.
Río de amores limpios en creciente,
blanco deseo, lago de tersura,
espejo refulgente de hermosura,
pluma levísima, fuego vehemente.
¡Oh Tú, la más Amada, la entregada
más a Dios y la Amante verdadera,
mansa paloma con un SI en su pico!
¡Pule mi arcilla, ponme inmaculada
el alma, Virgen! ¡Súbela a la esfera
do la luz reina y haz mi culpa añicos..!
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