Dulce María
María E. M.
-A la mamita del Cielo-
Cuántos momentos hermosos
compartimos vos y yo,
nunca me has abandonado
cuando mi alma sufrió.
Tan sólo con ver tu mirada
y sentirte en mi interior,
mi vida de paz se llenaba
y vibraba de emoción.
Cuánto poder Dios te ha dado,
mi madrecita de Amor!
Bendita mujer amada,
dulce ángel protector.
Tu presencia me acompaña
a cada lugar que voy,
y me conduce despacio
a mi camino mejor.
Con tus divinos abrazos
tan llenos de amor y calor,
con sólo ver tu mirada
mi vida vuelves mejor.
Madre querida del cielo,
MARÍA, madre de Amor,
ayúdanos a tus hijos
a llegar a nuestro Dios.
Gracias Mamita del Cielo!
Gracias por tu inmenso Amor.
Gracias por protegerme siempre
y enseñarme a encontrar a Dios!
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