Dulce consuelo
Rafael Ángel Marañón
María, genial consuelo,
Anticipo en este mundo
Del don divino del Cielo,
Con tu bálsamo fecundo.
Tengo por ti tanto anhelo,
Y tanto es mi amor profundo,
Que de tu presencia celo,
Perseverante y rotundo.
Y es que María, yo muero
Si me faltas un segundo
En este duro sendero.
Que el mundo es un vertedero
De légamo vil e inmundo…
¡Por tu pureza te quiero!
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