HAMBRE
Por Pedrojosé Ynaraja
1.- Hay un hambre saludable, sí, apetecible. La sentimos cuando por diversos motivos hace horas que no hemos comido y llegado el momento de sentarnos a la mesa, notamos el olor de un guiso apetecible que nos traen, en aquel momento nos entran ganas agradables, imaginamos de antemano el placer de la comida. Hay hambre soportable, por más que sea molesta. Se trata de situaciones generales de carestía, guerras o post guerras, sequias o situaciones políticas adversas, que nos privan de comer lo que desearíamos y la cantidad que quisiéramos. Hay situaciones que más que hambre hay inanición. El hambre nos hermana con los animales, que también pueden sufrirla. Lo que es genuinamente humano es preguntarse su origen, el motivo por el que existe en algún lugar el hambre, mientras en otros se tira comida sobrante.
2.- La primera lectura de la misa de hoy, nos presenta una situación colectiva de hambre del pueblo de Dios que camina por el desierto al encuentro de la Tierra Prometida. La angustia que sufre le parece que es ingratitud del que les ha ordenado que salieran de Egipto. Se queja a Moisés, caudillo en el que han creído y confiado. Se quejan sin llegar a blasfemar, sin querer ofender, pero amarga e injustamente.
3.- Dios escucha a su pueblo, atiende a la pequeñez de su mentalidad, con generosidad portentosa y cae entonces del cielo el maná. Pese a que llegue un día que se cansen de la monotonía de este manjar que sabe a torta de miel (Ex16,31) siempre recordarán este prodigio. Lo de las codornices, les proveerá de proteínas, pese a ello que fue fenómeno de solo dos ocasiones, no se acordarán tanto como del maná. El mensaje de esta lectura es el asombro del pueblo que es asistido en sus necesidades.
4.- La lectura de Pablo a los efesios nos recuerda que los cristianos debemos comportarnos de manera diferente al vulgo vulgar. Cada uno de vosotros, mis queridos jóvenes lectores, debe preguntarse ¿se nota que soy cristiano? ¿descubre la gente que algo nuevo hay en mí? Porque algunos pese a haber sido bautizados e ir a misa, sus aficiones, sus pretensiones, su conducta, son semejantes a las de cualquier hijo de vecino. Piensan únicamente en las victorias de su equipo de futbol preferido, en el partido político al que se han afiliado, en ganar dinero a mansalva o en acudir a todos los conciertos de los conjuntos que más le gustan.
5.- Acordaos, mis queridos jóvenes lectores, que el domingo pasado dejamos al pueblo de Galilea satisfecho del pan y pescado que el Maestro les había repartido. Pues bien, aprovechando la ocasión y no queriendo recibir homenajes, se aleja de ellos. Pero la orografía del lugar no permite esconderse, el pueblo sube a sus barcas, como vosotros podríais coger vuestra bicicleta, para ir más deprisa, y lo encuentran.
6.- Jesús sinceramente les reprocha que vienen a buscarlo por egoísmo, porque les ha dado gratuitamente el alimento que deseaban, que pese a lo que ellos crean, es cosa de poco valor, que tiene Él una comida de más categoría, que es otra cosa lo que necesitan y espera Dios de ellos.
7.- Se interesan las gentes intrigadas y le preguntan de qué se trata. Les responde simplemente que crean en Él. Suspicaces ellos, le advierten que los suyos en el desierto comieron el mítico maná, ¿qué más puede ofrecerles Él? El maná que bajó del cielo fue dádiva de su Padre, ahora les promete un alimento celestial. No le entienden, pero como le tienen confianza, le dicen que les proporcione ese pan del que les habla. Yo soy el pan de vida, les contesta.
8.- Vosotros, mis queridos jóvenes lectores, tal vez os preguntéis ¿qué necesidad tenemos de un tal pan? ¿Quién siente hambre de esta clase?. Más que hambre, observaréis que muchos han caído en inanición espiritual. Han perdido el sentido de la vida. Tratan de encontrarlo en la satisfacción pasajera del alcohol o de la droga. Y al no encontrar satisfacción en ello, llega un momento en que la única salida está en el suicidio y, aunque no les guste, les parece que no hay otra solución…
No, no me pongo trágico, sabéis que las estadísticas lo evidencian, el suicidio es la mayor causa de muerte entre la gente joven. El que cree en mí, no pasará nunca sed, añade el Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario