De la mano de María
Alicia Beatriz Angélica Araujo
De la mano de María...
Y recogida en el silencio.
Ora el alma contemplativa...
En ese mirar que la cautiva.
Espera de la fuente divina.
Salpique una gota de amor.
Mientras queda en dulce sopor...
Del estarse enamorada...
Ósculo del sol que la levanta...
A calentarle el pobrecito corazón...
Y encendida por aquel ardor...
En el desierto es el oasis...
La belleza abraza a la paciencia...
Hecha toda humilde sumisión.
Como velando en la pasión.
A la resurrección está atenta.
Y caminando la sierva sedienta...
Al encuentro va de su Señor.
La Virgen con su gran dulzura
La mano extiende y la toma.
Al alma que solo llora...
Temblando en su conmoción...
Por que el deleite la pobló...
En tal grado y en tal forma,
Cuando la excelsa Señora.
Al Hijo le mostró, y presentó.
Que es un morir de amor...
Sin espacio y sin tiempo.
Ver en los ojos del Maestro...
La pureza, eterna del amor de Dios...
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