Callada estas
Rafael Ángel Marañón
Callada estas ahora o así nos lo parece.
Y también percibimos como que estás ausente,
Pero somos nosotros que no hacemos presente
Tu presencia grandiosa que la vida enriquece.
Mi espíritu se llena de espanto y sobresalto,
Si no te siento, madre, arrullando a mi lado,
Pero sé que yo soy para ti muy amado,
Y me sigues alzando al escalón mas alto.
Con todo, virgen santa, llenas el alma mía
De mórbida esperanza, de un divinal anhelo;
Con un sutil empuje acercas a mí el Cielo
Y libras a mi alma de su melancolía.
Desoigo tus llamadas y alego neciamente
De que tú no me escuchas cuando clamo en mi noche
Y mi voz no te alcanza; solo tengo un reproche
Que mana incomprensible de mi alma y de mi mente.
Con tu ausencia dialogo y añoro tu presencia
Y salgo en un instante de duda o de estupor
Cuando escucho callado, sin prisas ni pavor,
Y me entrego a la fe y alivio mi conciencia.
Después de todo, madre, tú nunca me has dejado
Y estabas junto a mí en gozo y en dolor
Y has estado aguardando con infinito amor
Para darme consuelo y librar de pecado.
Gracias, María, te rindo por tu amable paciencia
Que espera sin descanso al pobre pecador,
Haciendo de un perdido un santo triunfador
Que en la sangre de Cristo limpiara su conciencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario