A la Virgen de la Esperanza
Federico Acosta Noriega
Mira a tus pies magnífica Señora
a este pueblo sumiso y reverente
que, inclinando ante ti su altiva frente,
tu santa protección, Virgen, implora.
Y acogido a tu sombra protectora
su alma encendida con amor ardiente
se viste en la Pasión de penitente
en busca de la gracia redentora.
Si este pueblo te llama: -¡Madre mía!
si con todo su amor en ti confía,
si pidiendo con fe todo se alcanza
cubridlo con amor bajo el encanto
del verde terciopelo de tu manto,
sublime majestad de la Esperanza.
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