domingo, 30 de abril de 2017

Reconocer la Presencia de Jesús



RECONOCER LA PRESENCIA DE JESÚS

Por José María Martín OSA

1. - Muchas veces nosotros hemos tenido la misma tentación de los discípulos de Emaús: huir, dejarlo todo, nos vence el cansancio, la desilusión, la desesperanza, el sentido de fracaso....También en muchas ocasiones hemos experimentado cómo Jesús no nos abandona, se acerca a nosotros como se acercó a los discípulos de Emaús: "Jesús en persona se puso a caminar con ellos". Él quiere compartir nuestros problemas, quiere sacarnos de las tinieblas, quiere darnos una palabra de ánimo que aclare nuestras dudas: "Y comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas les explicó lo que se refería a Él en toda la Escritura". Comprobamos entonces, como lo hicieron los de Emaús, que Él es nuestra única esperanza. Jesucristo, el Señor resucitado, es el único que da sentido al misterio de la vida. Lo que entrega Jesús a los dos caminantes es algo más que un discurso, son sus gestos, su estilo y su talante lo que hace despertar a los discípulos.

2.- ¿Cómo podemos reconocer a Jesús? Este relato es una catequesis de cómo podemos llegar a tener una auténtica experiencia del resucitado. Lo encontramos en primer lugar en "la Palabra". Ellos comprendieron las Escrituras y se dieron cuenta de que ardía su corazón mientras les hablaba. Es meditando la Palabra de Dios y aplicándola en nuestra vida como podemos reconocer al Dios del Amor que Jesús nos anunció. En segundo lugar podemos encontrar a Jesucristo en la Eucaristía. A los discípulos de Emaús "se les abrieron los ojos y lo reconocieron.....y contaron cómo le habían reconocido al partir el pan". Pero hay un tercer lugar de encuentro que los cristianos necesitamos recuperar: la comunidad. No se puede ser cristiano por libre, necesitamos la Comunidad para crecer como creyentes. Los discípulos de Emaús rectificaron su camino y volvieron a Jerusalén, "donde encontraron reunidos a los once con sus compañeros, que estaban diciendo: es verdad, ha resucitado el Señor". Tres lugares de encuentro y tres apoyos fundamentales para el cristiano: la Palabra, la Eucaristía y la Comunidad.

3.- "Dios lo resucitó". Es este el gran anuncio de Pedro el día de Pentecostés. Esta certeza transforma la vida de los discípulos. Así nace la comunidad cristiana, así nace la Iglesia. Sus características son: la cercanía a la realidad de las personas --la acogida-- como punto de partida; es Jesús y la Palabra de Dios como centro de la predicación; es el compartir la vida y los dones como base del compromiso para transformar este mundo según los valores del Reino. La catequesis, que debe estar presente siempre como proceso de formación en la fe de todas las edades, parte también de la experiencia de vida y del encuentro con Jesús "el desconocido caminante" que camina a nuestro lado. Jesús llena el vacío de nuestra vida. No celebramos la Eucaristía para cumplir una obligación que nos han impuesto. Participamos en la Eucaristía porque tenemos necesidad de Jesús, porque sólo El sacia nuestros anhelos y nuestra sed de felicidad. Pero busquémosle donde se le puede encontrar: en la Palabra de Dios, en el compartir el Pan de la Eucaristía y en la Comunidad de hermanos, especialmente en los más pobres y necesitados.

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