miércoles, 15 de abril de 2015

“Aquel que actúa conforme a la verdad, se acerca a la luz...”


“Aquel que actúa conforme a la verdad, se acerca a la luz...”

En el momento de nuestro bautismo quedamos iluminados, hechos hijos perfectos y recibimos el don de la inmortalidad. “Lo digo, palabra del Señor, sois todos dioses e hijos del Altísimo!” (cf Sal 81,6; Jn 10,34) 


Damos diferentes nombres a estos efectos del bautismo: lo llamamos: gracia, iluminación, baño, perfeccionamiento. “Baño” pues somos purificados de nuestras faltas; “gracia” porque el castigo por nuestros pecados es perdonado; “iluminación” porque contemplamos la luz santa de nuestra salvación en la que llegamos a ver los misterios divinos; “perfeccionamiento” porque ya no nos falta nada. ¿Qué puede faltar a quien ha visto a Dios? Y ¿cómo se puede llamar “gracia de Dios” a algo que no sea perfecto? Pues, Dios perfecto no puede dar sino cosas perfectas... 


Así pues, a penas alguien ha sido regenerado, es también iluminado, liberado de las tinieblas, y al mismo instante, agraciado con la luz... Hemos sido liberados de nuestros pecados que, como una nube, cubrieron al Espíritu divino. Y ahora, libre ya la mirada de nuestro espíritu, descubierta, luminosa, nos hace contemplar las cosas divinas.


San Clemente de Alejandría (150-c. 215), teólogo 
El Pedagogo, 1,6 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...